martes, 20 de agosto de 2013

Videojuegos y desarrollo humano.

El desarrollo humano empieza desde bebés y nunca termina por más edad que se tenga. Empieza siempre en casa pero continúa día con día con factores callejeros, laborales y/o sociales. Nada se escapa que no influya en nuestras decisiones, pensamientos y sentimientos. A diario hacemos cosas que nos van afectando para bien o para mal y que pueden ser o no rutinarias. Una de esas, son los videojuegos.

Jugar videojuegos es una actividad donde se manejan los sentidos, la coordinación, lógica y a veces todo el cuerpo, es decir, siempre que jugamos, ponemos a prueba aspectos de nosotros mismos en automático sin darnos cuenta. Entonces, como tal, ¿qué papel desempeñan los videojuegos en el desarrollo humano? Desarrollo humano y no educación, que son cosas muy diferentes aunque pueden estar íntimamente relacionadas, sino incluso hasta ir de la mano. 


Desde pequeños contamos con muchos ejemplos a seguir, tales como los padres, hermanos, maestros, amigos o yendo más hacia afuera; artistas, deportistas, celebridades o músicos, todos ellos aportando algo a nuestro cerebro el cual, a tan temprana edad, es una esponja. Señas obscenas, gritos, declaraciones, ropa, peinados, accesorios, manera de actuar y hasta canciones, son solo parte de las millones de cosas que de manera inconsciente o no, se quedan muy grabadas, y poco a poco nos van formando un carácter, ciertas actitudes y a veces hasta aptitudes.
Así como todas estas personas, también existen personajes, y más puntualmente hablando, personajes de videojuegos con los que crecimos, nos desarrollamos y seguiremos la pista sin importar edad. 

Los videojuegos son diseñado buscando un objetivo, y generalmente es ganar o lograr una meta, pero siempre se está en estado de competencia o lucha. Hay que armar rompecabezas, descifrar acertijos, acabar con alguna especie de monstruo o humano, anotar goles o hasta destruir dragones. Pero nunca de manera fácil o que no conlleve algún obstáculo que nos impida llegar. Y ahí precisamente es donde nosotros como personas entendemos el fin del juego, el motivo por el que jugamos y en ningún momento nos inunda la idea de que "hay que trabajar duro para lograr los objetivos", sin embargo lo hacemos, y con mucho ahínco terminamos las misiones y ganamos; obtenemos un resultado favorable dando lo mejor de nosotros. En resumidas cuentas, somos perseverantes, e insistentes rayando en lo tercos hasta que se ha obtenido el logro.

En toda la saga de The Legend of Zelda, existen muchísimas misiones antes de llegar al capítulo final. (Skyward Sword en la imagen).
La cantidad de videojuegos donde el trabajo en equipo se hace presente, es demasiado alta. "Solos contra el mundo" nunca es una opción. Y cuando tenemos alguien detrás de nosotros, o a nuestro lado, la batalla deja de ser por "MI" objetivo, sino por el de todos, en donde "equipo" no quiere decir "conjunto", sino "hermandad". Sí, así nos sentimos cuando jugamos con alguien real o ficticio, pues al compartir logros, la unión se refuerza con nuestro semejante. Y también por eso el modo multijugador es una funcionalidad indispensable en los videojuegos, pues cada vez son más las ganas de compartir la gloria con familiares o amigos, y sirve como pretexto perfecto para mejorar las relaciones.

Escena de Battlefield 3 en modo multiplayer, donde se juega y gana como equipo, no individual.

En un porcentaje muy alto de videojuegos, el dinero es parte básico, pues con éste podemos comprar armas, mejoras armaduras, uniformes, zapatos, etc. Siempre objetos para incrementar la calidad propia de un competidor, y que sean de ayuda en la conquista del trofeo. Las herramientas y aditamentos para ser mejores, no se regalan, se obtienen dando algo a cambio, y en este caso puede ser oro o dinero.
Pero ni con todo el dinero, esas herramientas van a ser bien usadas si no tenemos las habilidades para usarlas, y de ahí viene el concepto de práctica, pues sabemos que sin experiencia en el uso de estas, no serán más que objetos costosos sin un uso adecuado.

En SimCity 4, sé es alcalde de una ciudad, y es su deber administrar los recursos para que funcione como sociedad.
La ley está para cumplirse, quien la rompa deberá ser juzgado. Siempre hay una diferencia marcada, demasiado diría yo, entre el bien y el mal; nos ayuda a identificar qué hicimos dentro de la ley, y qué no. Y no es diferente en el mundo virtual, donde la postura ante las autoridades está marcada desde el principio, y siempre nos dejan en claro que lo que se hace está bien, o está mal. Y que al hacerlo, tendremos consecuencias positivas o negativas. No hay duda, los buenos y los malos siempre están etiquetados, además de que estarán en conflicto mientras la justicia no impere.

En Diablo III, somos un Nephalem que lucha por destruir a Diablo, quien gobierna al mundo a base de muerte y destrucción.
Exhorto a los que señalan y acusan a los videojuegos de ser una pérdida de tiempo, a que se den una oportunidad de conocerlos, y ver que como con el pretexto de la diversión y el entretenimiento, alguna enseñanza buena han de obtener.

Y para finalizar, solo me resta decir que los videojuegos no nos hacen mejores personas, pero tampoco peores. Que como seres humanos buscando una diversión, podemos atrapar una enseñanza, una habilidad, o un conocimiento. Pero siempre estaremos expuestos a lo que veamos en pantalla, y nuestro cerebro quiera captar. Los videojuegos no nos harán mejores padres, hermanos, trabajadores, hijos o amigos. Pero sí nos dejan en claro que nada nos será regalado, que ninguna arma es más poderosa que nuestra habilidad y conocimientos, que se puede vivir siendo bueno o huir siendo malo y que al final si hacemos las cosas bien y trabajamos duro, rescataremos a la princesa, levantaremos la copa o erradicaremos la maldad.

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