- Pasar enfrente de la tele. No es necesario incluso que lo hagan rápido, no es como que estamos muy atentos a lo que sucede en el juego. Especialmente en escenas donde los reflejos son imprescindibles. De verdad pasen. Nos da equis.
- Hablar de temas críticos. No es tanta la concentración que ponemos en el juego, así que sin duda podremos hablar acerca de las deudas que uno tiene, del por qué el comportamiento de una prima lejana, o el estado de Facebook de la hermana. Platiquen, no es como que nos perdamos en el juego.
- El costo de los videojuegos. Sí, duele mucho pagar $999 por un juego nuevo, nos cuesta trabajo y dudamos cada segundo, así que no tarden en preguntarnos "no está muy caro?" Para que nos detengamos y pensemos 2 veces en adquirirlo.
- El tiempo de dedicación. Lo sabemos, jugar más de 4 ó 5 horas es una pérdida de tiempo, podríamos tal vez salir a pasear, al súper, o ver una buena película palomera. A veces sí es muy pesado pasar horas enteras apretujando los botones del control.
- Madurar. Es bueno que nos recuerden lo grandes en edad que estamos para jugar. Sin duda cuando estamos frente al televisor nos preguntamos cada cierto tiempo, si no tenemos planes de madurar y dejar a un lado ese control para tomar el de nuestras vidas.
- Usar juegos y consola sin permiso. Claro que para eso está, para jugar con la consola y esa videojuegoteca gigantesca sin pedirnos permiso, es sólo eso, una simple consola que si se descompone, se compra otra. Y sobre todo, los videojuegos son sólo discos!
Exhorto a mis amigos no-gamers a que intenten esto en casa o con un amigo gamer, sin duda será un gran detalle que reforzará la relación. Y seguro no habrá narices rotas.
Háganlo y probablemente responderán el por qué dicen que los gamers somos violentos.
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