Cuando compré el PSP estaba seguro de que en mis manos
tendría la verdadera revolución gráfica de los videojuegos, ya que eso
básicamente era lo que vendían, pues nadie dudaba de la capacidad de contar
historias que los desarrolladores tenían para poner a nuestra disposición
títulos con los que viviéramos la misma intensidad de entretenimiento y pasión
que sentíamos al tener una consola estacionaria. Por ningún motivo se me pasó
por la cabeza que tal vez pudieran haber hecho del PSP un ensayo para el
futuro, pues al parecer ese era el momento en que el verdadero futuro estaba
haciéndose presente: una consola portátil muy estética, con detalles muy bien
cuidados, respaldo de Sony, de los desarrolladores de videojuegos y sobre todo
un diseño hecho para encajar perfectamente bien en las manos. Todo era correcto
en ese momento, las piezas parecían en efecto “encajar” a la perfección pues no
había lugar para errores siendo que Sony estaba apostando por una evolución y
no un invento, apostaba por la consola definitiva para el gamer.
PlayStation Portable tuvo un gran éxito y se vendió de buena
manera ante las personas que queríamos algo diferente, algo más serio y no
enfocarse solo en la oferta que Nintendo tenía a disposición del gamer. Los
usuarios de PSP estábamos en la búsqueda de shooters más explícitos (o
sangrientos), deportivos con mucha profundidad en los modos de juego, RPG’s más
realistas y hasta cierto punto oscuros; en fin, queríamos algo acorde a los
avances de gráficos e historias. Pero lo que más nos llamaba la atención era
ser capaces de jugar donde fuera, a la hora que fuera, las sagas disponibles
para PS2 o PS3 que en ese tiempo teníamos. Queríamos continuar la historia en
cualquier lado, o jugar una paralela que tal vez completara la misma o le diera
más amplitud al mundo que ya conocíamos de esa historia; básicamente, no
desconectarnos de nuestro mundo digital, o desconectarnos del real, ambas son
válidas.
Sony entró al mercado pero como todos, cometió errores, tal
vez más de los que se tenían permitidos, y dichas fallas crearon cierto
descontento entre la población gamer que esperó mucho y no recibió tanto. No
hay duda de que existían juegos muy buenos y que la calidad gráfica era un
tanto notable, pero tenía también muchas contras: el disipador de calor estaba
en todo el sistema con lo que se calentaba y terminaba siendo incómodo para las
manos. Usaban mini discos que requerían mucho cuidado para que no se rayaran y
por su tamaño requerían un estuche más grande, estos discos entraban por una
bandeja a la consola que tarde o temprano se descomponía pues era muy frágil.
Los gráficos sí eran buenos pero parecían de unos 5 años de atraso
aproximadamente, es decir, no impresionaban. Pero sí hubo un punto que en lo
particular me decepcionó muchísimo y no dudo que haya habido otros tantos con
mi sentir: continuar campañas en videojuegos disponibles para PS3 y PSP era
imposible. Solamente funcionaba con PS2, consola con la que no contaba. Al
parecer Sony no pensó a futuro cuando diseñó la portátil siendo que las
posibilidades eran infinitas, y se terminó por decepcionar a una parte
importante del mercado gamer pues una era independiente de la otra y a lo mucho
podíamos controlarla de manera remota, punto que más o menos lo salvaba pero no
cuando recordábamos el gran problema de no continuar partidas.
Sony desarrolló un segundo PSP pero ahora con el mote de
Slim, pues era más delgado y cambiaba el diseño ligeramente, y sí era un poco
mejor, aunque por dentro fuera casi exactamente lo mismo. Los mismos juegos del
PSP original funcionaban con el Slim. Realmente no hubo gran diferencia
operacional, solo de comodidad, pero seguía siendo lo mismo. Los número
hablaron y las ventas fueron de más de 70 millones de unidades vendidas (entre
ambas versiones). Eso quiere decir que sí fue exitoso, más no por eso tendría
que haber sido excelente. No me quejo ni digo que fue malo, pues en realidad lo
disfruté muchísimo y dediqué bastantes horas de mi vida en la consola, pero
esas limitaciones en lo particular me condenaron a una relación amor-odio por
momentos.
Ya hace dos años que Sony sacó a la venta la nueva generación
de su consola portátil, el PS Vita que aunque las ventas parecen ir lentas,
seguramente se dispararán ahora que bajará su precio. Pero este factor no la
hace atractiva, sino los que a mi me hicieron volver a encontrar el amor por
una consola portátil, a pesar de haber dudado en comprarla.
Por un tiempo tambaleé en mi decisión, y estuve a punto de
comprar un Nintendo 3DS el cual al parecer tenía grandes juegos, entre ellos
The Legend of Zelda, Mario Bros, Mario Kart (había muchos más). Los cuales igualmente
están disponibles para Wii y que me encantan, pero no estaba seguro si los
necesitaba jugar en todos lados. No me convenció, simplemente no lo hizo y
volteé a ver a donde tenía meses haciéndolo pero sin animarme debido al costo
elevado: PS Vita.
Cuando vi la rebaja en cierta tienda departamental y después
de observar exhaustivamente videos y reseñas de juegos para el PS Vita, además
de tenerlo en mis manos lo suficiente, dejé de pensarlo y lo adquirí (inversión
se le dice también). Mi experiencia fue realmente emocionante pues con él me
hice del juego más reciente de Guerrilla Games: Killzone Mercenaries, de la
saga exclusiva de Sony, y por la cual
estoy tomando un cariño muy especial (les recomiendo totalmente jugar Killzone
3 con Move, increíble).
Cuando pude ya sacar el Vita de su caja, romper cuantos
sellos de seguridad tiene, leer todos los manuales de usuario y advertencias de
uso (para nada lo hice), y haberlo dejado cargado toda la noche, el momento
cumbre vino al prenderlo. Primera impresión: el brillo inmejorable de la
pantalla OLED que además de ser enorme, tiene una gran resolución lo que
permite un muy buen detalle (no tan buena como una Retina Display) aunado a que
es totalmente touch. No hay duda de que la pantalla con todas estas características
le da muchísimo valor al Vita, pues los juegos dejan de ser de controlados por
botones nada más y agregan los gestos dactilares para mejorar la experiencia.
Todo este sistema de pantalla táctil y los botones son la alternativa para
aquellos que usan un Smartphone o dispositivo móvil para jugar, pues no tenemos
que estar constantemente tocando la pantalla, más que para algunas acciones
rápidas y bastante prácticas. En Mercenaries se utiliza para matar cuerpo a
cuerpo a los Helgan (los enemigos) y de igual manera señalarlos para que la
torreta de misiles dirigidos los identifique (entre otras armas súper cool).
Genial. Simplemente genial la interacción entre botones y toques; equilibrio
perfecto para ambas maneras de controlar al personaje (dije “cool”, ya es bueno
eso).
Lo que nunca me había quedado claro era la zona táctil en la
parte trasera del Vita, me pregunté mil veces su uso práctico y nunca supe
responderme. Ahora lo hago, y lo agradezco, lo disfruto y defiendo. La parte
trasera del Vita permite servir para dar órdenes que podrían entrar en
conflicto cuando uno está en batalla, hablando concretamente del Killzone, la
cual ayuda para correr rápido en vez de apretar otro botón, pues en casos que
se necesite correr y hacer otro movimiento más, resulta muy cómodo hacerlo. O
en caso de utilizar la mira de francotirador: deslizar para alejar o acercar.
Seguro están pensando: “me está convenciendo”. Y para mi fue otro motivo para
hacerlo. No puedo esperar para usarlo en otros juegos que vayan llegando a la
colección de un servidor.
Los botones no tienen mucho cambio, a excepción que son más
chicos y siguen siendo los habituales de PlayStation (cruz, círculo, cuadro y
triángulo) pero ahora contamos con 2 joysticks. Sí, al parecer las peticiones
de los gamers fueron fructíferas y utilizaron más la lógica que en la vez
pasada al poner uno solo y demasiado incómodo. Si recordaran, estaba muy pegado
a la estructura del PSP y era muy poco práctico. Esta vez son 2 casi idénticos
a los que vienen en los DualShock (los controles regulares del PS3). Cuentan
con casi la misma sensibilidad y tienen un acabado que nos permite tenerlos
siempre pegados al dedo. Me gustó sentir un mini DualShock en el Vita, lo hizo
muy amigable y fácilmente reconocible para las manos, no tuve que tardarme
mucho en acostumbrarme.
Acerca de la compatibilidad del Vita con mi PS3, me agradó
bastante poder ver la pantalla de éste último, en el portátil; acceder a sus funciones
e incluso jugar Metal Gear Solid a distancia. Y aunque eso fue agradable, no
quiero ni imaginarme lo que será poder jugar Assassin’s Creed Black Flag (entre
otros) en mi Vita, desde el PlayStation 4, el cual es uno de los principales
ganchos que anunció Sony en el E3. Pero eso es solo el principio, pues ya por
fin se puede continuar los juegos del PS3 al Vita y así no tener que esperar a
regresar a casa, y viceversa. Esto solo funciona con algunos juegos pero la
lista será mucho más larga gracias a algunas condicionantes de Sony a los
desarrolladores.
Junto con esto viene el Cross-Controller que funciona como
una segunda pantalla. Cross-Play para jugar Vita vs. PS3 con la función de que
se pueda competir contra un amigo en el mismo lugar físico sin necesidad de
otra consola. Cross-Save la cual permite como expliqué arriba, continuar los
juegos. Cross-Goods para desbloquear ítems en un juego y que esté disponible en
ambas consolas, dentro del mismo título. Cross-Buy para comprar un juego de
Vita y que el mismo salga gratis o más barato pero en PS3. Muchas Cross-algo
que valen la pena y aumentan la gama de opciones para utilizar el PS Vita. Sin
duda todas estas pudieran parecer raras o inútiles al principio, pero una vez
probadas, serán explotadas a más no poder.
Más funciones están disponibles las cuales son obvias:
conexión a la PS Store, revisión de nuestro perfil de jugador, Trofeos,
navegación de internet por Wi-Fi y más y más cosas, pero lo más importante del
Vita, es la facilidad de no dejar de jugar en ningún lado, de seguir siendo ese
gamer que no podemos esconder, que necesitamos satisfacer jugando sin importar
la hora ni el lugar. Por primera vez siento una verdadera conexión con una
consola portátil, más que con cualquier otra que haya jugado o tenido, se
siente simplemente bien tenerlo en tus manos porque se ajusta, ya sea a las manos, a la visión, a la cantidad
de entretenimiento que necesitamos. Me volví a enamorar de una consola, una la
cual no dejaré de lado porque me permite llevar a la calle a ese jugador
insaciable que me encanta ser.
No se trata de hacer publicidad a la compañía que se ganó mi
corazón y últimamente mi ovación con los productos que han anunciado, se trata
de compartir a ustedes mis lectores, la experiencia de haber probado lo que es
para mi, la mejor consola portátil de videojuegos que ha salido. No la única,
ni la que arrasa con todo, simplemente la mejor porque toma aspectos buenos de
otras, y los conjunta con el propósito de entregarles a sus clientes lo que han
pedido. Se nota que después de todo, si nos escuchan las grandes corporaciones,
y esta vez Sony oyó nuestras necesidades. Han pasado ya más de 2 años desde que
salió y tuve que esperar todo este tiempo para decidirme al 100%, pero valió la
pena la espera y cada segundo invertido en investigar cual me convenía más. Ya
que leyeron mi manera de pensar, les dejo a ustedes, los gamers, la opción de
que compren la que gusten, o no lo hagan; pero como dice PlayStation, no dejen
de jugar.
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